Las Flores de Bach fueron descubiertas por Edward Bach -investigador, médico y homeópata- entre los años 1926 y 1934. Bach experimentó con diversas flores silvestres nativas de la región de Gales, en Gran Bretaña, hasta encontrar 38 remedios naturales, cada uno con propiedades curativas diferentes para distintos complejos emocionales.  

Edward Bach nos propone potenciar el desarrollo de nuestras competencias emocionales, capacidades y fortalezas personales, ayudándonos con las esencias florales.

De esta forma las virtudes dejan afuera las emociones destructivas, desencadenando el proceso autocurativo en todos los niveles.

Bach nos marca tres pasos para comenzar el camino hacia una salud autogestionada: desechar el miedo, aumentar el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y corregir nuestros errores por medio del desarrollo de aquella virtud que se le opone.

"Al igual que Paracelso, Bach estaba seguro de que todo lo que vive emite, radiaciones, y de que las plantas con altas vibraciones podían elevar la de los seres humanos (...) Esta razón lo llevó a buscar las plantas que reunieran las propiedades terapéuticas más precisas, para devolverle al enfermo el equilibro psicofísico perdido." (Pedro Crea en "Esencias Florales de Nueva Generación, nuevos conceptos y clínica").